lunes, abril 30, 2007

El pierrot hace su función, divierte a su público,
se lleva los aplausos y las risas de los extraños,
vuelve a su camarín, quita su maquillaje,
mientras se le hace imposible borrar la lágrima eterna,
sus ojos viajan a la utópica espera de un mañana.
Sale a la calle, levanta una corona destrozada por el viento,
la princesa del banco de la plaza, dejó de ser princesa,
de un plumazo su nobleza desangró, cuando san Valentín la golpeo en la cara.
El pierrot la mira con tristeza pero logra sacarle una sonrisa, entonces
decide recoger la corona, soñar que algún día se la pondrá a ella,
su musa, esa que dejó en una isla remota, rodeada de simplezas cotidianas,
de días seguros, encuentros programados y silencios ensordecedores.
Sube a su departamento con el recuerdo mojando su mejilla,
Va directo a la alacena, donde deja siempre abierto un frasco de esa pimienta
de origen vecino, probada en tierra ajena.
Huele profundamente el picante, añorando las zetas en sus manos,
el temblor de su piel al dejarlo partir, las huellas de las sabanas de aquel sábado soleado.
El pierrot se duerme mojando la almohada con su lágrima perfectamente tatuada.

lunes, abril 23, 2007


“…Puedo ponerme humilde y decirque no soy el mejor que me falta valor para atarte a mi cama,puedo ponerme digno y decir-"toma mi dirección cuando te hartes de amores baratos de un rato... me llamas"…”


Ignoro tu pensamiento, y también hablo en plural.
Escarbo en mi mochila de sueños, te encuentro de diferentes maneras,
esperándome en el banco de una plaza,
sonriente por verme.
Cierro mi mochila y vuelvo al silencio de mi imaginación,
la humedad mas cruda de mi mirada,
las líneas firmes de mis manos,
las palabras vírgenes de la entrega,
los lunares desolados.
Te borro de mi pensamiento, como de mi vida cotidiana,
prefiero perderte a no encontrarme…

martes, abril 10, 2007

Màs allà de los sueños


Sentada en el cordón de la vereda de mí casa,
tengo la misma cara de cuando niña
esperaba el carro de manzanas dulces.
Hoy recordé que fui feliz,
mis dientes se apoderaron de mi rostro.
Pero por más que me esmero la nostalgia se apodera de mí.
Y es verdad, la nostalgia, no tiene que ver con el pasado, sino
con el futuro.
Nostalgia de cuando disfrutaba el momento sin temor al mañana.
Hoy tengo miedo de no encontrarte, de haberte dejado escapar.
Mis recuerdos se transforman en un baile de carnaval,
debajo de las caretas de los príncipes y los condes,
hay hombres que me sacaron una sonrisa por la mañana,
que me quisieron por no pertenecer a la nobleza,
por dar lo que tengo,
por convertir una tarde de sábado, en un sin palabras en tu boca,
por esperar que me esperes algún día.
Hoy tengo nostalgia del futuro,
de un tren a valencia
una tarde mar adentro
un hotel de tarragona
zetas y frutillas en tu aldea.
Fui feliz sin todo esto, solo con imaginarlo.
Te lo dije alguna vez: me conformo con muy poco,
me conformo, que sueñes con lo mismo…